Ubicada en un pueblecito Alcarreño, bañado por el río Tajuña, el pueblo forma parte del mítico Camino del Cid y se encuentra a tan solo hora y media de Madrid. El propietario original de esta elegante y característica casa decidió que era el lugar idóneo para una apacible residencia de verano: el espectacular resultado habla por sí solo.

La casa principal de 470 m2 y se distribuye en dos plantas, además de una bajo-cubierta y una cueva sótano. En la planta baja encontramos un recibidor, un salón-comedor, un dormitorio, una cocina con chimenea, un baño para invitados y una amplia terraza con magníficas vistas al camino medieval que discurre junto al río.

El sótano alberga una bodega y una segunda cocina excavada en la roca. Tras subir unas escaleras impregnadas de luz natural procedente de una espectacular claraboya, accedemos a un distribuidor que conduce a un salón con mesa de billar, cuatro espaciosos dormitorios con un acogedor saloncito y un baño familiar. En la bajo-cubierta descubrimos otros cuatro dormitorios y un aseo.

Por si esto fuera poco, el terreno de esta casa solariega única también dispone de un antiguo almacén de piedra con una superficie de 270 m2, dividido en dos plantas diáfanas y con bajo-cubierta. La nave, que necesita una reforma completa, puede convertirse en un garaje para aparcar vehículos y se ubica en la misma calle que la vivienda principal.

La mayoría del mobiliario de la casa principal está incluido.