La casona está distribuida en tres plantas:

En la planta semisótano, consta de tres espacios, destinados en la actualidad a almacén de mobiliario. Dispone de dos salidas, a la parcela y al jardín. En esta planta está situada la caldera de la calefacción.

En la planta principal dispone de una gran galería acristalada, una cocina grande con despensa, un amplio salón comedor, otras dos galerías más pequeñas, una que da acceso a una

terraza/mirador y otra galería de pequeña dimensión.

Dispone de 6 habitaciones todas exteriores con balcones y techos de gran altura y 2 cuartos de baño.

En la primera planta: Consta de 6 habitaciones dos de ellas abuhardilladas.

En la parcela, dispone de árboles centenarios, una gran palmera (símbolo de la propiedad), magnolio,

abeto, camelias, rododendro, así como varios árboles frutales.

Dispone adicionalmente de unas cuadras y

una estancia con una cocina y un horno para asar en perfecto uso.

Adosada a la parcela y con acceso desde la cocina de la casa hay una gran panera, que además de almacenamiento sirve de mirador ya que tiene unas preciosas vistas a todos los

alrededores, así como a las sierras cercanas, dando la sensación de que el espíritu de la Asturias rural es en realidad un viaje de la panera asturiana a la palmera indiana.

En la zona más ajardinada dispone de otra palmera, camelia, rosales y gran variedad de flores y plantas. Cuenta además con un antiguo pozo de agua y un bonito cenador.

Consta de un garaje/taller con foso para dos vehículos.

Toda la propiedad está cerrada con muro de piedra, verjas de forja decorativa y portón de acceso al garaje.

La propiedad está incluida dentro de los Bienes del Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias

Su localización es uno de sus puntos fuertes, el lugar es conocido como “la pequeña Habana” ya que fue el sitio de veraneo de la burguesía indiana durante los principios del siglo XX, destacan sus construcciones indianas, aquellas levantadas por emigrantes retornados con fortuna que, además de fomentar la construcción de equipamientos como

escuelas, fuentes o depósitos de agua, quisieron dejar su impronta personal.

La ubicación enamora a simple vista, con su iglesia rematada por una curiosa y llamativa cúpula, algo nada habitual en la Asturias rural. El dulce sosiego de la plaza del pueblo, rodeada de casas indianas de señorial porte, te impacta especialmente; todo ello rodeado de un paisaje amable, rural y muy asturiano. A poca distancia de las principales playas de la costa occidental de Asturias.