Situado en el casco del pueblo, esta imponente vivienda palaciega del siglo XVI conserva el carácter auténtico de las construcciones históricas de los Pirineos, con detalles arquitectónicos que evocan una época de fortaleza y elegancia. Su robusta estructura de piedra y madera, los arcos cuidadosamente trabajados y los suelos originales de piedra hacen de esta casa un lugar único e inigualable.

La propiedad, con una superficie total de 879 m2, se distribuye en tres plantas, de casi 300 m2 cada una, llenas de encanto y funcionalidad.

En la planta baja, un amplio recibidor da la bienvenida con suelos de piedra que reflejan la solidez y la historia de la casa, nos encontramos la zona de bodega y almacenes; en la planta primera: los retratos antiguos y los muebles de época completan una atmósfera que transporta al pasado. En esta planta principal, nos encontramos con un salón abierto con tapices decorativos y candelabros que crea un espacio ideal para relajarse o recibir visitas, destacando el equilibrio perfecto entre lo histórico y lo acogedor, dispone de zona de cocina, cuatro habitaciones y dos cuartos de baño.

En la segunda planta se encuentran dos apartamentos independientes, uno completamente reformado que ha sabido conservar la esencia original de la Casa Anglada, cuenta con espacio abierto con salón y cocina, dos habitaciones y dos cuartos de baño. Y otro listo para reformar según las necesidades y gustos del nuevo propietario que cuenta con cuarto de baño.

Esta versatilidad es perfecta tanto para uso personal como para proyectos de inversión en varias viviendas o para un precioso hotel boutique.

El exterior de la casa no se queda atrás, ya que ofrece vistas espectaculares del Valle de Benasque y de las imponentes montañas de los Pirineos, con un precioso patio interior y una zona exterior de jardín.

Su ubicación estratégica combina la privacidad de un entorno natural con su ubicación en uno los pueblos más encantadores de la región: Benasque, conocido por su rica oferta de actividades al aire libre durante todo el año: en invierno, su proximidad a la estación de esquí de Cerler lo convierte en un paraíso para los amantes del deporte blanco, mientras que en verano es un punto de partida ideal para realizar rutas de senderismo, escalada o paseos en bicicleta por el Parque Natural.

Además, Benasque destaca por su animada vida cultural y gastronómica, con restaurantes que ofrecen cocina tradicional aragonesa, eventos locales y una vibrante comunidad que valora tanto la historia como la modernidad.

Vivir en la Casa Anglada no solo significa adquirir una propiedad de valor histórico, sino también disfrutar del estilo de vida único que ofrece este rincón del Pirineo aragonés.

Una oportunidad excepcional para quienes buscan un hogar con carácter, historia y un entorno natural privilegiado.