Ubicado en un impresionante enclave dentro del Parque Nacional de Sierra Nevada, declarado reserva de la biosfera por la UNESCO, en este exclusivo cortijo se respira el espíritu de Al-Ándalus. Desde esta finca de 81 hectáreas, a una altitud de 1.140 metros, pueden contemplarse unas vistas inigualables del casco histórico de Granada y del imponente palacio de la Alhambra. Además, se encuentra a 25 km del aeropuerto, a 35 km de la estación de esquí más cercana y a 40 km de la costa.

La propiedad se rehabilitó en el año 2000 y se convirtió en un alojamiento rural. El restaurante, las dos impresionantes piscinas, la pista polideportiva, la cuadra para caballos (actualmente en reconstrucción), los dos pequeños estanques para reservas de agua y el resto de los servicios consiguen hacer las delicias de los viajeros más exigentes.

La armoniosa distribución de sus siete edificios (1.700 m2 construidos, a falta de uno pendiente de reconstrucción) le hará sentirse como si estuviera en un pueblo. Todas las construcciones se enmarcan en la categoría de casa rural superior de la Consejería de Turismo y, además, la propiedad cuenta con licencia municipal de actividad, lo que la convierte en el espacio ideal para un hotel boutique íntimo en Granada.

El interior, decorado con una elegante sencillez y con un gusto exquisito, presenta características tradicionales, como suelos de baldosas, ladrillo visto y chimeneas de piedra. La finca dispone de autorización para celebrar eventos y suministra sus propios productos locales gracias a sus 31 hectáreas de almendros en plena producción y a sus 2 hectáreas de cultivo de regadío, idóneas para el cultivo de hortalizas.

Pasee entre los pinos, las encinas, los álamos y los nogales del bosque privado de 18 hectáreas que rodea a este cortijo único y sumérjase en la más absoluta tranquilidad.