Todo el pueblo está perfectamente conservado, cuidando su estética y el sabor rural, la casa conserva la piedra en su fachada, los suelos de barro y el cuidado en los detalles.

Dispone de 330 m2 distribuidos en dos plantas, en la planta baja nos encontramos con un amplio espacio de salón con chimenea con un gran ventanal para disfrutar de las vistas desde cualquier espacio, otra zona de comedor, una amplia cocina con office y despensa, aseo y un espacio polivalente, ideal como despacho o para realizar otra habitación.

En la planta primera dispone de una gran habitación principal con baño en suite y tres habitaciones adicionales, una de ellas con terraza incorporada, que comparten un baño completo.

El exterior es otro de sus puntos fuertes: un precioso jardín, con un pequeño estanque, que es un verdadero mirador; una zona de porche cubierta junto al salón que es un espacio único para las tertulias con amigos o para relajarte contemplando la niebla a tus pies, y otra zona ideal junto a la casa, para la temporada de verano ya que es una zona de sombra.

Consta de calefacción de gasoil, para el confort en la época invernal.

El Olivar, es como los mejores perfumes que se conservan en frascos pequeños, ya que es una población de pequeña dimensión pero con una situación estratégica ideal, a poco más de una hora de Madrid, que ha sabido conservar todo su carácter y disfruta de las mejores vistas de la zona, divisando en todo su esplendor el embalse de Entrepeñas en el cauce del río Tajo.