La casa se encuentra en una parcela de 4 hectáreas con más de 500 árboles autóctonos (encinas, fresnos…), y goza de una ubicación extraordinaria en el Valle del Tiétar al pie de la Sierra de Gredos. Esta magnífica sierra, descrita por Miguel de Unamuno como «el corazón pétreo de España», se alza espectacular en el horizonte. Ofrece un oasis de tranquilidad e independencia, pero sin ninguno de los inconvenientes de estar aislado, puesto que está muy cerca del casco urbano de la población vecina, y a tan solo 90 km de Madrid.

La vivienda principal construida como una casa de campo tradicional con acabados de extraordinarias calidades, como ventanas y puertas de madera de iroko, azulejos hechos a mano y un recubrimiento de piedra maciza en la fachada. En el interior, la casa de 320 m2 consta de un acogedor salón con chimenea, un comedor independiente, un despacho en el altillo, una amplia sala de juegos con su propia chimenea, tres habitaciones con baño en suite y armarios empotrados, una cocina con despensa y dos amplios porches con zonas cubiertas y descubiertas, ideales para tomar una copa contemplando el paisaje.

Esta singular casa de campo familiar está en muy buen estado, lista para entrar a vivir, y dispone de calefacción radiante por gasoil, electricidad de red, el agua se obtiene de 3 sondeos de 100 metros de profundidad y el saneamiento es mediante fosa séptica biológica de 20.000 litros.

Los amantes de los caballos encontrarán aquí su paraíso particular: una construcción independiente con 310 m2 destinada a las cuadras con seis impecables boxes (3x4 m) para caballos en dos filas con un amplio pasillo central, zona de guadarnés con techo a doble altura, pajar y silo. También cuenta con una cocina americana y un aseo con ducha.

Las instalaciones de la finca se completan con una zona de huerta vallada de piedra rústica, con pozo artesano, un gallinero con estanque para patos, un cercado de madera con pilón de agua (30x30 m.), y una pista de entrenamiento (20x50m).

La finca está completamente vallada en pared de piedra y valla metálica, con área de acceso pavimentada en adoquines de granito y puerta de hierro con videoportero.

La situación de la finca es única, en una zona de campo con total tranquilidad e independencia, disponiendo de extraordinarias vistas; pero con todas las comodidades y un perfecto acceso a todos los servicios necesarios.