La planta baja-sótano, debido al desnivel en esta parte del pueblo, hace que tenga ventanas en su totalidad. Actualmente en esta planta existe un amplio garaje que también sirve de leñera, taller y pequeño almacén. Además, hay un lavadero, una bodega, sala de billar, dos habitaciones y un aseo. Desde esta planta se accede por dos puertas distintas a la terraza ajardinada, desde la que se contemplan las montañas. En la zona de la bodega, que conserva el empedrado tradicional de las entradas de las casas aragonesas, una puerta rústica de dos hojas horizontales da salida a la calle lateral. Y en este mismo espacio, una escalera ascendente nos comunica con la planta baja.

La planta baja tiene acceso directo desde la calle delantera a través de una puerta con cuatro escalones de piedra. Nada más entrar se abre un espacioso recibidor desde el que parte una escalera que lleva a la planta superior. Una puerta doble da paso a un gran salón con chimenea de 40m2. En uno de sus lados, encontramos la sala de estar con suelo de tarima de roble y dos balcones. Y al otro lado, y a través de un arco apuntado de ladrillo estilo mudéjar, se accede al comedor, que dispone de una estufa de hierro forjado y un amplio balcón doble desde el cual se contemplan los prados y los encinares de las montañas. El comedor, a su vez, se comunica con la cocina y con la despensa. Desde la cocina se accede a un baño completo con una antigua bañera de hierro restaurada que da servicio a esta planta.

En la primera planta, se ubican los dormitorios y la biblioteca. Una estancia de unos 45m2, que puede dedicarse perfectamente a despacho, biblioteca o sala de juegos, y comunica a los cuatro dormitorios y dos baños completos con ducha. Uno de los dormitorios tiene 25m2, techo a dos aguas de vigas de madera, vestidor, baño y estufa de hierro fundido, y se abre a la naturaleza a través de un amplio balcón doble. Otra de las cuatro habitaciones, también con vigas vistas y suelo de tarima de roble, se ilumina a través de otros dos balcones con vistas a la Ermita de San Roque y a las montañas.

Una escalera nos lleva a la buhardilla de 90m2, actualmente sin uso, y que conserva su suelo tradicional de cemento corrido y vigas vistas

La casa goza de total privacidad y está completamente equipada con los electrodomésticos habituales; cuenta con caldera de gas butano para el agua caliente y calefacción eléctrica por radiadores eficientes, además de tres estufas de hierro fundido. La instalación eléctrica se realizó reproduciendo el estilo tradicional de cordón visto e interruptores de cerámica. Existen cuatro puntos de antena de televisión y goza de buena conexión internet móvil.

Toda la carpintería exterior fue renovada completamente y cuenta con cristal climalit con cámara. Los suelos son de piedra, gres, baldosas de barro cocido antiguas, moqueta y tarima de roble.

El pueblo fue restaurado integralmente, soterrando el tendido eléctrico, y recuperando las fachadas de piedra, lo que le ha valido el premio Europa Nostra; y cuenta con variedad de servicios.

Una casa para los sentidos, para disfrutar de las estaciones, una tras otra.