Escudos que cuentan historias
Cientos de casas con blasones en sus fachadas salpican desde hace siglos toda nuestra geografía. Documentos pétreos que hablan de linajes, de sus hazañas, pero también de la historia de la localidad y de sus alrededores. En The Singular Space tenemos el inmenso placer de contar con algunos ejemplos de estas extraordinarias propiedades que forman parte de la historia de nuestros pueblos y ciudades.
El mundo de la heráldica jugaba un papel fundamental siglos atrás. En la Edad Media y en la Moderna, muchas casonas y palacetes eran coronadas con un blasón en su fachada principal en señal de distinción y como memoria del linaje de la familia propietaria. A falta de documentación escrita, esta era la fórmula para perpetuar la historia y los lemas de las estirpes nobles de la época.
Relieves de piedra que servían de memoria viva de sus propietarios, pero también del lugar y de sus gentes. Y que con el paso de los siglos siguen presentes, como si quisieran recordarnos sus orígenes y semblanzas.
Una costumbre habitual en las casas donde vivían los hidalgos y cargos públicos de la época, reflejo de los símbolos personales (yelmos, armas, animales, cruces, flores de lis...) que adornaban los escudos de sus ancestros portados en batallas o en las audiencias con el rey. Blasones que fueron trasmitiendo a sus descendientes y que hoy permanecen en las fachadas de muchas propiedades.
Casas con alma
En España existen muchos ejemplos de casas blasonadas. Casas especiales, con historia y con alma, como estas tres situadas en diferentes puntos de nuestra geografía, incluidas en la colección de propiedades de The Singular Space:
En Cantabria, una elegante casa de campo del siglo XVIII , presidida por varias columnas corintias a la entrada y rodeada de jardines. Un ejemplo perfecto de la arquitectura aristocrática local de la época, con un impresionante escudo de piedra en su fachada principal. Un emblema encabezado por un yelmo y flanqueado por la figura de dos leones.
Se trata de la casa de Don Diego de Ceballos y Villegas cuyos apellidos aparecen en el blasón representados con varias franjas horizontales y el símbolo de la cruz. La vivienda fue construida por el maestro de cantería Manuel Gutiérrez Cavada entre los años 1717 y 1718, por encargo de Catalina de Bustamante Villegas, cuyo primer apellido se encuentra también reflejado en el escudo con varias hileras verticales de esferas.
Del siglo XVIII es también la extraordinaria casa-palacio que tenemos en La Rioja. La propiedad ocupa una magnífica finca que se extiende a lo largo de una manzana de un apacible pueblo y proyecta una imagen majestuosa con sus sólidas fachadas de mampostería, su ornamental balcón de hierro forjado y sus dos escudos de armas, que nos recuerdan la noble historia de este edificio.
Escudos pertenecientes a la familia Fernández de Tejada, descendientes de la figura histórica y héroe de la Reconquista Sancho Fernández de Tejada (La Rioja, siglo IX) que salió victorioso en la batalla de Clavijo.
La efigie de un león
Otra de nuestras propiedades blasonadas se encuentra en Cáceres. Una casa señorial con una impresionante fachada decorativa que incluye varios balcones acristalados y un escudo de armas en el que puede apreciarse la figura de un hombre tirando de un animal atado, coronados por la cabeza de un león. Un ejemplo de la artesanía tradicional, donde la piedra, los azulejos y el hierro forjado se combinan para conseguir un aspecto espectacular.
Esta casa señorial se ubica en una villa repleta de tesoros arquitectónicos, algunos de la época medieval, y representa un enclave inmejorable para descubrir y recorrer los parajes naturales que la rodean