Escaleras, un pequeño viaje en el tiempo
Rocky las subía como parte de su entrenamiento en Filadelfia, un carrito de bebé las bajaba a trompicones en medio de un apabullante tiroteo en ‘Los Intocables de Eliot Ness’ y el Joker descendía por ellas con un baile icónico que forma ya parte de la historia del cine. Las escaleras han sido escenario de grandes secuencias cinematográficas, pero también son el reflejo de los movimientos arquitectónicos y culturales de cada época.
Las escaleras nacieron como un elemento puramente funcional para comunicar espacios a distintas alturas. Aunque los primeros prototipos datan del año 6000 a.C., fue el arquitecto romano Vitruvio quien estableció, en el siglo I a.C, las primeras reglas que marcaron su diseño y proporciones.
Desde entonces, han ido evolucionando a lo largo de los siglos, adaptándose a los estilos arquitectónicos de cada época y llegando a adquirir a veces un significado simbólico o incluso trascendental. Tras las primeras escaleras construidas con troncos para salvar las dificultades del terreno, llegaron las de las pirámides de Egipto y de los mayas, la de la montaña sagrada en Tai Shan o la escalera celestial de Shantung, estas dos últimas en China.
Durante la Edad Media, adquirieron una función militar y estratégica, especialmente la escalera de caracol, propia de los castillos de la época. En el Renacimiento predominaban las escaleras rectas construidas en piedra, y con el Barroco, nacieron las escaleras curvilíneas típicas de los palacetes.
El siglo XIX trajo primero la recuperación de los estilos del pasado y más tarde los singulares elementos decorativos del Modernismo. La llegada de los ascensores en el siglo XX hizo que las escaleras adquirieran un papel más complementario y menos ornamental y que el hormigón fuera uno de los principales materiales para su construcción.
La Escalera: Clave en la decoración
Más allá de su historia e importancia como elemento funcional, en The Singular Space consideramos que las escaleras son además un espacio clave en la decoración de una propiedad. Y como tal, os mostramos algunos ejemplos de ellas.
Como la que da acceso a esta casa señorial ubicada en la provincia de Valladolid, donde el famoso filósofo español Ortega y Gasset pasó muchos veranos de su vida. Una magnífica propiedad que incluye un edificio de dos plantas principales y una torre de tres pisos, unidos por otra elegante escalera, esta vez de caracol, con balaustrada de hierro forjado.
Una asombrosa escalera central de dos metros de ancho conduce a las plantas superiores de esta impresionante fortaleza románica del siglo XI, situada en una finca privada en la provincia de Barcelona.
La escalera que une las plantas de este edifico goza de la protección de Patrimonio, al igual que su fachada y las vidrieras modernistas que decoran algunas de sus paredes. Se trata de un Riad del siglo XX en la Colonia de la Prensa (Madrid). Totalmente rehabilitado, mantiene su esencia neomudéjar y art-decó.
Al entrar en esta casa señorial de Cáceres accedemos a un vestíbulo con un original revestimiento de azulejos y una elegante escalera que lleva a la primera planta, iluminada con muchísima luz natural gracias a la claraboya situada en el techo. Una cápsula del tiempo de la artesanía tradicional, donde la piedra, los azulejos y el hierro forjado se combinan para conseguir un aspecto espectacular.
Especialmente singular es esta escalera flotante en el interior de una iglesia del siglo XVI recientemente rehabilitada, que combina un magnífico diseño arquitectónico con su impresionante entorno natural en la provincia de Vizcaya.